Las aportaciones a planes de pensión permiten computar una reducción en la base imponible del IRPF, lo que conlleva una reducción en la tributación.

Las aportaciones máximas a planes de pensiones se han limitado en el ejercicio 2022 a un máximo de 1.500 euros en los planes de pensiones individuales o el 30% de los rendimientos del trabajo y actividades económicas.

A partir de este año, además de las aportaciones a planes de pensiones personales (de hasta 1.500 euros, como hemos comentado anteriormente), los autónomos pueden efectuar aportaciones adicionales de hasta 4.250 euros a los nuevos planes de pensiones sectoriales de autónomos o a los nuevos planes de pensiones simplificados promovidos por asociaciones o federaciones de autónomos, o bien por sindicatos, colegios profesionales o mutualidades en los que sus partícipes exclusivamente sean autónomos.